
Uno de los desafíos más grandes —y a la vez más subestimados— al emprender en Lima es definir cuánto cobrar por tus productos o servicios. Muchos lo hacen “al ojo”, mirando cuánto cobra la competencia o usando fórmulas improvisadas como triplicar el costo del producto. Aunque parezcan atajos válidos, estas estrategias pueden dejarte fuera del mercado por ser demasiado caro… o peor, trabajando sin generar ganancias reales.
La clave está en entender que el precio no es solo un número: es una estrategia que debe reflejar tus costos, tu valor y la percepción de tu cliente.
¿Qué debes tener en cuenta para fijar un buen precio?
1. Conoce tu estructura de costos (a fondo).
Antes de poner cualquier cifra, debes saber cuánto te cuesta realmente producir lo que vendes. Esto incluye:
Costos fijos: alquiler, servicios, sueldos, herramientas, software.
Costos variables: materia prima, empaques, delivery, comisiones de pago, mantenimiento, etc.
Un error común es subestimar los costos indirectos, lo que lleva a precios que “parecen rentables” pero no lo son.
2. Define tu margen de ganancia.
Una vez que tienes el costo total, es momento de sumarle un margen que te permita ganar. Por ejemplo:
Si producir un producto te cuesta S/ 20 y quieres una ganancia del 40%, tu precio debería ser S/ 28 (S/ 20 + S/ 8 de ganancia).
Este margen puede variar según tu industria, volumen de ventas y tipo de cliente.
3. Estudia el mercado y la percepción del cliente.
No se trata solo de cuánto cuesta algo, sino de cuánto vale para tu cliente.
Pregúntate:
¿Estás vendiendo algo funcional, emocional o aspiracional?
¿Tu producto se percibe como económico, estándar o premium?
Un mismo producto puede venderse a precios distintos según cómo lo presentes, cómo lo comuniques y a qué público lo dirijas.
4. Prueba y ajusta.
Los precios no están escritos en piedra. Puedes lanzar con un precio piloto, observar cómo responde tu público, hacer encuestas y ajustar si es necesario.
Muchas veces, subir el precio mejora la percepción de calidad, y bajar un poco puede aumentar volumen. La clave está en medir y ser flexible.
Tip extra: No tengas miedo de cobrar lo justo.
Muchos emprendedores en Lima subestiman su trabajo por temor a espantar clientes. Pero recuerda: si estás ofreciendo algo bien hecho, con atención al detalle, cumpliendo tiempos y brindando buena experiencia, mereces cobrar por ello.
Poner precios bajos por inseguridad solo te lleva al agotamiento y al estancamiento. Aprende a ver tu valor, y transfórmalo en un precio que te permita crecer.